lunes, 17 de septiembre de 2012

Historias de Nuestros Niños del Agua: Lucía





Muchas gracias a Lola y a su pareja Pedro por compartir con nosotros la historia de su Niña del Agua, Lucía, y por darnos el permiso para incluirla en nuestro blog.


Lucía compartió con su madre, Lola, y con su padre, Pedro, unas intensísimas 32 semana y 3 días, en las que un Amor puro y luminoso los envolvió y los colmó de plenitud y felicidad.
Un Amor que, a pesar de la marcha física de Lucía, perdurará eternamente entre ellos.
Un Amor que ya está trascendiendo y nos está aportando luz a muchas madres y padres que estamos pasando por el devastador dolor de una pérdida.
Nuestros Niños del Agua son nuestros sabios protectores. Lucía nos mostró cómo la muerte no tiene barreras para el corazón y cómo el Amor emana más allá del tiempo y de nuestro cuerpo físico.

No existe sentimiento más auténtico que el del Amor de una madre y de un padre por su hij@. Me gustaría dejaros con las cartas que Lola le fue escribiendo a su querida y preciosa bebé, durante el embarazo y posteriormente, tras su pérdida. Sus palabras, por su dulzura, sinceridad, y Amor infinito, calarán en vuestros corazones como lo han hecho en los nuestros.

La Mamá de Lucía, ha realizado una selección de las cartas que ella, considera más significativas. Nos gustaría invitaros a leerlas todas en su preciosa web, “Lo esencial, es invisible a los ojos”.




Aquí la imagen más bonita del mundo...(Nota de Niños del Agua: refiriéndose a una ecografía de Lucía que podéis ver en el enlace) la de mi pequeña, Lucía.
Es la cosa más bonita del mundo, cuando la siento moverse dentro de mí, siento una felicidad y una paz que no he sentido nunca en mi vida. Noto sus pataditas, sus manitas o su cuerpo rodearse... y es nuestro gran milagro. Su papi y yo estamos totalmente locos por ella... esta pequeña cosita es la luz de nuestras vidas.



Como poder expresar este dolor y esta pérdida. Es algo que por más que quiero, no encuentro palabras, no encuentro consuelo alguno... estoy rota, llena de dolor y angustia.
Con 32 semanas y 3 días... mi niña se fué.
Su corazoncito dejó de latir un Lunes por la mañana, sin esperarlo,y nos dejó sin avisar.
Un accidente, un accidente fatídico que nos ha tenido que pasar a nosotros.
Nuestra pequeña Lucía, como un ángel, desplegó sus alas y subió al cielo.
Nuestro ángel, para siempre. Amor eterno, e inolvidable... tarde o temprano estaré contigo para cuidarte.
Ya no podré abrazarte, ya no podré besarte, ya no podré ver tu sonrisa, ni escuchar tu llanto, ya no podré vivir cada una de las ilusiones que sentimos mientras crecías dentro de mí.
Sigo pensando, que ha de acabar esta pesadilla, un mal sueño del que no acabo de despertarme.
El dolor embarga mi alma, y la tristeza me nubla el sentido. Hija mía.... te he querido tanto, te querré tanto toda mi vida.
A pesar de este dolor, me vienen recuerdos entrañables que he vivido contigo, recuerdos tan lindos y tan bonitos que hacen que de vez en cuando encuentre la calma.
Recuerdos de momentos tan, tan, tan felices, que nos han cambiado a tu padre y a mí por completo, dando significado a todo lo que nos decían nuestros padres... Ser padre o madre, te cambia por dentro, ya lo más importante eras tú, tan pequeña, tan poquita cosa... y llenaste nuestra vida, culminaste nuestros sueños e ilusiones, y es por ello que ahora nos sentimos tan rotos...
Puede que el tiempo lo cure todo, ha de ser así, puede que sea el bálsamo para curar esta gran herida, puede que pronto vuelva a nacer una nueva ilusión... pero hasta entonces, no puedo pensar nada más que en tí.
Mi niña, mi ángel, danos la luz que siempre nos has dado para guiarnos... danos la fuerza que nos falta para poder vivir ahora sin tí.
                                                                                               Te quiero...                                                                                                                           Mamá...




Fué la mañana del 1 de Enero, el primer día del año. Cuando comenzaba a amanecer papá y mamá se levantaron temprano para bajar a la playa. Con tus cenizas aún con nosotros, bajamos muy despacito y en silencio. En la calle había poca gente, la mayoría de vuelta a casa después de la fiesta de nochevieja. Tu papá y yo nos miramos en silencio, con los ojos llenos de dolor porque nuestra salida era la más triste de nuestra vida. Al llegar, el único sonido que se podía escuchar era el de las olas rompiéndose contra la orilla.. y sólo nos encontrábamos papá, mamá y tú... El mundo se paró para nosotros, y una mezcla del amor más puro y de dolor desgarrador nos invadió... y te dejamos ir...
Más tarde se llevó el mar también esta carta en una botella."



Pequeña, te fuiste como un ángel, desplegando tus alitas subiste al cielo para cuidarnos siempre. Quién sabe si tu alma tenía una gran misión aquí, que era traernos la luz y la felicidad que nos faltaba…

Lucía, gracias por los miles de momentos que vivimos contigo, por tus pataditas, por tus movimientos, por cómo sentías la música, por cómo nos sentías a nosotros… mamá te llevó contigo  a todas partes, y el vínculo era tan grande que aún no  consigue entender porqué te has ido. Pero debe de haber una explicación divina… un ser tan especial como tú…  tenía una misión especial con nosotros.
Nos has enseñado, a ser papás, a sentir como papás y a desear dar nuestra vida por tí, incluso sin haber llegado a nacer.
Eras tan poquita cosa, pero conseguiste modificar nuestro mundo, convertirnos… y hacernos sentir inmensamente felices.
Pero en estos momentos, estamos aquí para despedirnos de la parte física que nos queda de ti… hija mía… queremos que pertenezcas al universo, al aire, al mar inmenso… y que sigas dándonos la luz y la esperanza que hasta ahora nos habías dado.
Que cada vez que luzca el sol… estés ahí, que cada vez que respiremos el aire…. Estés ahí… que cada vez que volvamos a ver el mar inmenso… sigas ahí… y sigas ahí siempre, en nuestros corazones, sintiendo el inmenso amor que nos proporcionaste y que sentimos por ti…. Tan poquita cosa, y tan grande en nuestras vidas.
 Cuando miremos al cielo de la noche…siempre lucirá esa pequeña estrella que eres tú.
Ayúdanos desde dónde estés a superar tu pérdida, a secar con besitos divinos nuestras lágrimas de dolor y convertirlas en lágrimas de esperanza… a cubrirnos con un abrazo con tus pequeñas alitas cuando sintamos que la pena nos llena … aún no somos capaces de verlo, pero sabemos que tú y nadie más nos ayudará a hacerlo.
Te queremos con toda nuestra alma… Lucía… sigue dándonos tu luz siempre, ilumina nuestro camino y nunca nos dejes solos. Siempre serás nuestro angelito….
                            Mamá y Papá, no te olvidarán nunca.



Papi me ha traído este osito (Nota de Niños del Agua: podéis ver la imagen pinchando en el enlace) , me he emocionado mucho, este osito será el más especial de todos los peluches que tengo, su significado es tan grande, tan maravilloso.

En el día de hoy, sólo se me ocurre darte las
gracias.

Gracias por elegirme como
mamá.
Gracias por enseñarme a ver la vida de otro modo.
Gracias por haberte sentido tanto.
Gracias por los momentos que viví contigo, y vivi para tí.
Gracias por enseñarme el amor tan puro y tan incondicional que se puede sentir por un hijo desde que lo concibes. Esa lección primera es eterna.
Gracias por todas las risas que hemos compartido por tí.
Gracias por las veces que me despertabas con tus movimientos dándome los buenos días cada mañana.
Gracias por los momentos que compartimos papá y yo, mirando mi pancita mientras jugabas haciendo acrobacias y nos moríamos de felicidad.
Gracias por el día que te ví por primera vez, una pequeña lentejita, y gracias por todas las veces que pudimos verte después, por dejarnos verte crecer dentro de mí, por dejarme verte como te movías la última vez en el ecógrafo y poder disfrutar de tu rostro para siempre, con la fotografía que guardamos de tí.
Gracias por haberme dado la oportunidad de vivir nuestra unión, porque aunque no estés aquí conmigo físicamente, estás en mi corazón para siempre.
Gracias por haberme hecho tan feliz durante casi 8 meses.
Gracias por todas las cosas que he aprendido por tí, Gracias, Gracias, Gracias.

Nunca, jamás te olvidaré mi pequeña. Sólo espero que un día, pueda abrazarte, besarte y acunarte en mis brazos, ... cuando llegue ese día, jamás me volveré a separar de tí.


Te quiero,

Mamá.



Hola pequeña, ya lo sabes... hoy hace 6 meses desde que decidiste marchar... ¿ha pasado ya tanto tiempo?... porque yo me he dejado arrastrar... y aunque cuento los días, aunque miro atrás, no soy consciente, no he admitido realmente que el tiempo ha seguido pasando, y que las heridas se han quedado abiertas, en el camino. Pero hoy mi niña, mi bebé, no quiero que me veas triste, pero no puedo engañarte pues mientras te escribo mis ojos se llenan de lágrimas... pase el tiempo que pase, da igual, te tengo presente, y es verdad... no he admitido que el tiempo iba pasando, con él se van alejando los días llenos de dolor intenso, axfisiante... pero con él se aleja el tiempo que viví contigo. Aún así, no quiero que me sigas viendo triste.
 Venga, voy a darte una sonrisa mi cielo, ayúdame... para que no caiga de nuevo.
Hoy he cogido el diario que te escribí, en todo este tiempo, quizás un par de veces, no más... no he podido porque el dolor me ahogaba leyendo los momentos que me hacías vivir. Pero hoy he buscado la fecha más aproximada al día de hoy, cuando te escribí el año pasado, y más que ponerme triste, me he dado cuenta de todo lo que ganado contigo, de todo lo que me estás enseñando a vivir. Y quiero transcribir aquí también algunos trozos que te escribí, porque me han llenado del amor más puro e intenso, tan difícil de describir...
Sábado, 11 de Junio de 2011
"Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya"
Van pasando los días, y aunque los cambios no son "notorios" yo siento que vas cambiando en mi interior. No es nada palpable, es un sentimiento tan fuerte, que no soy capaz de describirlo. Pero no paro de sonreír. 
Mientras te escribo, siento que mi corazón late con fuerza, que la alegría y el amor me llenan el alma. Me siento tan feliz de vivir este milagro. No puedo dejar de pensar en ti, de si estás creciendo bien, de como serás, que sentiré... ya nada es lo mismo. Desde que lo supe, mi mundo ha dado un giro de 180 grados, para pararme justo "en ti", en todo lo que siento. Todos los problemas que antes nublaban mi mente han sido relegados a una posición que no me preocupa, ahora lo más importante eres tú. Es tan grande este sentimiento. Tan pequeñito/a dentro de mí... y ya eres lo más grande de mi mundo. Ahora entiendo tantas cosas.. y eso que aún no has nacido.....

Leyendo este cachito, me he emocionado tanto... pero sobre todo, se me ha llenado el corazón de taaaanto amor, he recordado aquellos momentos con tanta dulzura, que en parte ahora se va calmando mi dolor, porque tengo que darte las gracias por haberme hecho sentir así... por haberme regalado la oportunidad primera de ser madre y vivirlo con toda esa plenitud. Tú, Lucía... mi ser de luz, mi ángel... ahora te siento conmigo, de mil formas, con otros detalles, algo tan espiritual que no lo entendería cualquiera. Pero que más me da... si este lazo es entre las dos... que más me da si sé que tú sabes todo lo que te quiero, lo que te amo.  Gracias por seguir mandándome pequeñas señales... cuando me llegan, me haces sonreír, y me haces ver la vida de otro modo.
Aunque te hecho de menos cada día, aunque desearía con todas mis fuerzas haber tenido la oportunidad de verte crecer, de olerte, besarte, acurrucarte en mí... no viniste con esa misión, yo lo sé.... así que no te preocupes por mamá, ni por papá... estamos siendo muy valientes... sólo espero que cuando mi corazón, mi cuerpo y mi mente estén listos... me mandes a tu hermanito o hermanita, para que pueda entregar y darle todo lo que tú me has enseñado. Gracias Lucía... Te quiero con toda mi alma....

martes, 4 de septiembre de 2012

Hablar de nuestra pérdida




Las situaciones por las que pasamos los días posteriores a la marcha de nuestro amado bebé, son variadas y todas, además de sorprendentes, enormemente dolorosas: amigos que, tras enterarse de lo ha sucedido, desaparecen de nuestras vidas sin volver a dar señales; personas que te cambian continuamente de conversación y no te dejan hablar de tu pena; familiares que no te prestan un hombro en el que llorar e intentan minimizar el dolor haciendo ver cómo que nada ha sucedido... Como éstos, son muchos los desagradables trances por los que las madres y los padres tenemos que pasar tras la pérdida de nuestro amado Niño del Agua. 

Cuando sufrimos una pérdida gestacional (independientemente de cómo se produjo), además de la enorme pena que sentimos física y emocionalmente, nos encontramos con que a nuestro alrededor, se alza un dañino muro de silencio.


Ya he escrito en alguna ocasión que no creo que nadie reaccione de esta manera por maldad, lo hacen porque ellos mismos no pueden enfrentarse emocionalmente a la muerte de un bebé, o porque hace tiempo sufrieron una pérdida y no la asumieron, o por falta de empatía, o simplemente, por desconocimiento, piensan que si no se habla del tema, la madre “olvidará” más rápido lo sucedido y, en poco tiempo, estará lista para reanudar su vida. Sin embargo, qué dañina es la ignorancia. 

Para unos padres que han sufrido una pérdida no hay nada más necesario y terapéutico como el poder hablar de su bebé, de los momentos pasados juntos, de sus emociones, de sus sentimientos tras su marcha. Los padres necesitamos, para poder elaborar un duelo sano, hablar, hablar y hablar. Y para poder hablar, también necesitamos encontrar a personas empáticas y comprensivas que nos acompañen en nuestro dolor de forma respetuosa, sin juzgar, ni opinar. Las madres necesitamos que nos oigan otras madres que se duelan con nosotras de nuestra pérdida, que sean conscientes, aunque ellas mismas no hayan pasado por esta situación, de todo lo que hemos perdido con la desaparición física de nuestro bebé. Los padres necesitan que otros padres les escuchen y les consuelen por el enorme dolor que están sufriendo, por las ilusiones perdidas, por lo que no ha sido y nunca podrá ser. 

Madres, padres y hermanos, todos, necesitamos hermanas y hermanos del corazón que nos recojan de nuestro estado de soledad y dolor, que nos sostengan y nos acompañen en nuestro camino de asunción de nuestra pérdida. Estas hermanas o hermanos del corazón los encontraremos en nuestra Doula, en algunos amigos y/o muy muy especiales, en otras madres y padres que pasaron por el mismo trance y nos prestan su necesaria ayuda, en blogs, y en grupos de apoyo virtuales y reales. 

Todos los grupos y asociaciones de crianza deberían plantearse tener una sección de acompañamiento a madres y padres que hayan sufrido pérdidas. Las pérdidas gestacionales y perinatales son más frecuentes de lo que pensamos, son muchas las personas afectadas y sería un gran bien social el que existieran más grupos presenciales en el que los padres pudieran hablar libremente de su pena. Grupos abiertos a todas las madres que han sufrido pérdidas (independientemente de cómo se produjeron), libres de juicios y opiniones. 

Desde Niños del Agua, con el patrocinio de la Asociación Junto a tu Doula, que tan gentilmente nos ha ofrecido, en el Rincón de la Victoria, Málaga, un lugar de reunión, hemos decidido crear un grupo de apoyo presencial para madres y padres que han pasado por este terrible trance. Nos reuniremos una vez al mes para poder hablar, en libertad y sintiéndonos apoyadas/os, de nuestras pérdidas.

Si estás interesada/o en acudir estás invitada/o, tendremos la primera reunión a mediados o finales de Octubre, os informaremos más adelante de la fecha exacta.

Puedes plantearnos todas tus dudas y preguntas a través de nuestro correo electrónico:

O en nuestro grupo de Facebook: https://www.facebook.com/NinosdelAgua